Así no se pide perdón: lo que la polémica de Electrolit revela sobre asertividad y responsabilidad emocional

Este artículo analiza la reciente polémica entre los divulgadores de salud. Quienes protagonizaron una gran polémica sobre ética profesional tras revelarse una presunta campaña pagada contra la marca Electrolit. Vamos a tomar como pretexto este caso para reflexionar sobre la importancia de la asertividad y el entrenamiento en habilidades sociales, especialmente en el contexto de pedir disculpas públicas de manera responsable y empática.

ELECTROLITASERTIVIDADRELACIONES INTERPERSONALES

Diego Román

10/19/20256 min read

A mediados de este mes, el mundo digital de la salud en México se sacudió con una polémica inesperada.
El creador de contenido Mr. Doctor, conocido por sus videos de entretenimiento y medicina, denunció públicamente que una agencia (o el mismo gobierno) habría ofrecido 48 mil pesos a cambio de hablar mal del suero Electrolit, una de las bebidas de rehidratación más conocidas del país.

Según su versión, varios influencers médicos también habrían sido contactados para sumarse a dicha campaña. Entre ellos, el Dr. Polo Guerrero, un divulgador con amplia audiencia, quien, coincidentemente habría publicado un video criticando el contenido de azúcar del producto. Esto desató una “funa” digital en redes sociales.

Durante varios días, el Dr. Polo guardó silencio, mientras tanto, su nombre circulaba en miles de comentarios, memes y debates sobre ética médica. Finalmente, publicó un video titulado “Porque los tomo en cuenta, les digo esto ”, donde habló de humildad, responsabilidad y aprendizaje, pero sin confirmar ni negar las acusaciones.

Aunque ofreció disculpas nunca mencionó directamente a Electrolit ni la supuesta oferta económica. Lo cual ocasionó un que la audiencia se dividiera: unos vieron honestidad, mientras otros vieron evasión (fráncamente, la gran mayoría)

Y en medio de todo, nos surge una pregunta que puede ayudarnos para aprovechar esta polémica y hablar de psicología : ¿Cómo se pide disculpas correctamente cuando has perdido la confianza del otro?

La disculpa como una habilidad social esencial

En psicología, pedir disculpas no solo repara vínculos personales, también puede convertirse en un acto ético. Pero reconocer el error es apenas el primer paso; asumir las consecuencias requiere mucho más que un discurso bien estructurado, pues implica enfrentar la vergüenza, la culpa y la pérdida de credibilidad, pero también responder de manera proporcional al daño causado.

“Creo que la humildad y el valor para dar la cara ante una adversidad es algo que nunca se debe perder”

¿Qué dijo el Dr. Polo y cómo pudo haberlo dicho?

Al analizar el discurso del Dr. Polo Guerrero, resulta evidente que su mensaje buscó contener la polémica más que asumirla. Su tono fue reflexivo, incluso emotivo, pero dejó vacíos importantes: no explicó los hechos ni el impacto de sus acciones.

Vamos a comparar su versión con una versión que intentará ser más asertiva y éticamente sólida, la cual nos permita entender cómo una disculpa puede transformarse en una oportunidad de reparación genuina.

1.Reconocer el hecho sin ambigüedad

Lo que dijo:
“Durante estos 5 años como creador de contenido médico he buscado actuar con total responsabilidad y con el único ánimo de aportar información de interés y algo de conocimiento.”

Cómo pudo haberlo dicho:
“Hace unas semanas acepté participar en una campaña de marketing que me ofreció una compensación económica a cambio de emitir opiniones negativas sobre un producto. En ese momento subestimé el alcance y las implicaciones éticas de mis actos.”

El mensaje original apela a la trayectoria y la buena intención, una forma sutil de defensa. Que si bien, no es un error (pues suaviza el impacto y "pone las cosas en perspectiva") una versión asertiva nombraría los hechos con claridad y asumiría la dimensión moral del error.

La lógica es sencilla: No se busca esconder tras la reputación: se busca exponerse ante la verdad.


2. Asumir la responsabilidad profesional

Lo que dijo:
“El día de hoy me comprometo a poner mucho más cuidado en mis palabras y no cometer de nuevo alguna imprecisión que se preste o dé pauta a polémicas…”

Cómo pudo haberlo dicho:
“No comprendí que mis palabras, por venir de un profesional de la salud, podían influir en miles de personas y distorsionar la percepción pública sobre un tema médico. Me equivoqué al permitir que intereses externos interfirieran con mi responsabilidad profesional.”

El Dr. Polo enmarca el problema como una “imprecisión” o una “polémica”, restando gravedad al acto. Desde la asertividad, se reconocería el impacto del rol profesional y la responsabilidad ética de hablar desde la autoridad médica.

3.Validar el daño y reconocer el impacto social

Lo que dijo:
(Nada, no validó directamente el daño; habló de su vergüenza y del “caos” que quiso evitar).

Cómo pudo haberlo dicho:
“Lo que hice afectó la confianza que la gente tenía en mí y en otros colegas. Y todos ellos tienen el derecho de sentirse de esa forma a causa de este error”

El reconocimiento del daño es esencial para reparar la confianza. En su ausencia, el público percibe evasión.
Una disculpa asertiva mueve el foco del yo al nosotros, valida el malestar del público y reconoce la pérdida de credibilidad como una consecuencia legítima.

4.Ofrecer una acción reparadora

Lo que dijo:
“Me comprometo a poner más cuidado en mis palabras…”

Cómo pudo haberlo dicho:
“Comprometo mi palabra para reparar el daño: hablar con transparencia, rectificar la información que compartí. Y además de esto, propongo destinar los recursos que obtuve a [ alguna una causa pertinente] cuánto más, si esos recursos puedan provenir del gobierno, en cuyo caso, ni siquiera son míos, sino de ustedes”.

La diferencia es sustancial: Una disculpa que se queda en las palabras alivia momentáneamente la culpa, pero no repara el daño. La versión asertiva propone acciones verificables: rectificar, transparentar, y transformar; una restitución ética.

Aquí incluímos la posibilidad de "devolver" el dinero que se le habría pagado, aunque hay que señalar que este tipo de restituciones siempre han de ser opcionales, y que aunque tiene un valor simbólico claro, debe analizarse con cuidado, pues tendrá sus pros pero también sus limitaciones:

Representa una acción compensatoria visible, pues convierte el dinero del conflicto en un gesto de responsabilidad social, pero NO sustituye la verdad. Y si no se reconoce explícitamente el acto (recibir dinero), la donación puede percibirse como una estrategia de imagen, más que como un arrepentimiento genuino.

5.El tono emocional: entre la humildad y la congruencia

Lo que dijo:
“Aquí estoy porque creo que la humildad y el valor para dar la cara ante una adversidad es algo que nunca se debe perder.”

Cómo pudo haberlo dicho:
“Reconozco que más allá de la vergüenza, lo importante es la coherencia. No busco justificarme, sino enmendar mi error y recuperar la confianza perdida a través de hechos, no de palabras.”

La humildad es valiosa, pero sin congruencia se convierte en un recurso vacío.
El discurso asertivo equilibra emoción y acción: no busca simpatía, sino una reparación real.

Cuando la disculpa deja de ser defensiva y se vuelve reparadora

El contraste entre ambas versiones deja una lección clara:

una disculpa defensiva busca proteger la imagen.
una disculpa asertiva busca restaurar la confianza.

Esto implica pasar de la culpa al acto reparador: reconocer, validar, corregir y restituir.
Y desde la ética profesional, implica entender que el perdón no se gana con discursos, sino con transparencia, coherencia y restitución del daño.

Muchos mensajes de disculpa fallan porque buscan reducir la incomodidad en lugar de asumir la responsabilidad. Frases como “lamento si alguien se sintió ofendido” o “no fue mi intención causar molestias” desplazan el foco hacia el receptor y diluyen el error. Desde la TCC, esto se considera una conducta de evitación: se alivia la culpa momentáneamente, pero no se resuelve el conflicto.

Las redes sociales premian la inmediatez, pero una disculpa bien pensada requiere pausa, autocrítica y empatía. El entrenamiento en habilidades sociales enseña precisamente eso: cómo responder ante críticas sin reactividad ni evasión. Dentro de la terapia cognitivo-conductual, se utilizan técnicas como el modelo DESC (Describir, Expresar, Sugerir, Consecuencias) para manejar conflictos interpersonales.

La polémica del Dr. Polo nos deja una lección que trasciende la medicina o el marketing:
la credibilidad no depende solo de tener razón, sino de saber reconocer cuando no la tuvimos.

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